El vestuario como una herramienta para la búsqueda y expresión identitaria
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Resumen
La identidad se supone como ese juego entre pertenecer y diferenciarse que se mezcla entre lo personal y lo colectivo, entre la auto definición y la percepción del otro. Es un constructo inacabado que se encuentra en constante mutación, alimentado y afectado por las relaciones dadas con otros individuos y el territorio, es decir que a lo largo de la vida una persona puede vivenciar múltiples identidades. Sin embargo, existe una primera identidad que es asignada, esta se concreta con todo lo que es anterior al nacimiento de dicha persona, es decir su contexto sociocultural y aunque este pueda cambiar en el transcurso de la vida esta «primera identidad» se queda como una base firme sobre la cual se elaboran las mutaciones mencionadas.
Gracias a lo anterior es posible afirmar que la identidad es una construcción no anatómica, pues nace de ideales, experiencias y el territorio habitado, más el constructo de identidad sí afecta el cuerpo anatómico e incluso se vale de extensiones de este como lo es la indumentaria que es quien finalmente día a día hace a ese cuerpo anatómico apto para la sociedad. La moda nunca ha estado alejada del desarrollo identitario, haciendo relevante analizar cómo esta se acercó con más determinación en el siglo XX a partir de múltiples movimientos ideológicos estéticos que marcaron un antes y un después en las maneras de búsqueda y exposición identitaria.